Leer por placer: la clave del éxito
Por Flavia Labbé
Mucho se ha escrito acerca de los beneficios de la lectura. Sabemos que mejora nuestra comprensión del entorno, que estimula nuestra creatividad, mejora nuestra capacidad para comunicarnos con el resto, permite que nuestro vocabulario se enriquezca y reduce el estrés, en la medida en que leer un libro disminuye los niveles de cortisol. A pesar de que los beneficios son innegables, la gente no lee. Y el chileno, menos.
Un estudio de la UNESCO determinó que Chile es el país de la región donde menos se lee por gusto. Es decir, si de leer por obligación se trata, nuestras cifras no son tan negativas. Tras los argentinos, somos los que más libros leemos en Latinoamérica: un promedio de 5,4 libros al año. Sin embargo, no lo hacemos por placer. Ese porcentaje dice relación con la lectura de tipo laboral o académica. Si hablamos de leer por gusto, en Chile sólo un 7% de la población lee con un objetivo recreacional. Una lástima, si consideramos que un 30% de los niños de 10 años disfruta leer, pero que esa cifra baja abruptamente a un 12% cuando cumplen los 14. Un claro indicador que, ya sea los padres o el colegio (¿o ambos?) están fallando rotundamente a la hora de encantar a los jóvenes con la lectura.
Ahora bien, el hecho de que los chilenos no lean por placer resulta aún más alarmante si tenemos en consideración los resultados de un reciente estudio de la Universidad de Oxford que durante dos años analizó los hábitos, actividades e intereses de casi 20 mil jóvenes. Cuando tenían 16 años, los adolescentes fueron consultados sobre lo que hacían en su tiempo libre. Ahora, a los 33 volvieron a ser entrevistados. Los resultados arrojados no dejaron espacio a la duda: las mujeres que a los 16 años leían libros sólo por gusto tenían 39% de probabilidades de alcanzar un puesto gerencial. En las que habían preferido dedicarse a otras actividades en su tiempo libre durante la adolescencia, las posibilidades bajaban a 25%. Para los hombres, que en general, suelen tener más posibilidades de llegar a altos puestos ejecutivos, la cifra pasa de un 48% entre quienes no leían a los 16 años, a un 58% entre los que sí tenían un hábito lector formado. Es importante precisar que ni el deporte, ni el ver películas o ir a conciertos, fueron actividades que lograron generar un impacto significativo en el desarrollo profesional futuro de los jóvenes. Aún más decidor es el hecho de que no existía una relación directa entre el nivel educacional ni económico y el éxito laboral de estos jóvenes. En pocas palabras, disfrutar de la lectura, leer mucho, pero leer por gusto, es más importante para el éxito de las personas que el estatus socioeconómico del cuál se proviene. Es así, como además de los innumerables beneficios hasta ahora conocidos de la lectura, podemos sumarle el hecho de estar directamente asociada al éxito profesional.
Así que ya sabe, si quiere que su hijo logre el éxito laboral a futuro y que además sea feliz, pues que lea, pero por placer. Tal vez llegó la hora de dejar atrás la asociación de la lectura a la obligatoriedad del plan lector y llegó el momento de ir a la librería y dejarse maravillar por la enorme variedad de libros que existe en el mercado para todos los gustos y edades. No nos cabe la menor duda de que allá afuera existe el libro preciso para reencantar a los niños y jóvenes con la lectura.